El diario de Mia
Capítulo 16
El lado B de la vida
Han pasado
algunos años, soy una mujer plena en muchos aspectos, tengo un buen esposo que
me ama y me hace feliz, manejo una empresa de éxito que me ha dado muchas
satisfacciones, tengo a mi familia, que es maravillosa. Pero aun así siento que hay algo
que deseo con todo mi corazón y que no he podido lograr, y que hace ya tres
años que echo de menos. El ser madre.
Durante los
primeros dos años de nuestro matrimonio Ethan y yo vivimos muy a gusto en el
apartamento que Christian nos regaló en el Four Seasons. Hace tres años
compramos una hermosa casa en Rainier Valley con vistas al lago, pensando en
ampliar nuestra familia. Queríamos ver la casa llena de niños muy pronto. Así
como lo han hecho mis hermanos. Ellos tienen dos hijos cada uno, y se llevan
muy poco tiempo entre sí, así que son permanentemente compañeros de juegos.
Pero
nuestra casa sigue vacía. No se escuchan risas infantiles, no hay ruidos de
pequeños pasos, no hay quien nos levante en las madrugadas porque tiene hambre.
Solo silencio, y ese silencio me está matando.
Desde hace
algún tiempo, por recomendación e
insistencia tanto de mi madre como de Christian, estamos asistiendo a
terapia psicológica con el Dr.
Flynn, que además es el socio de mi esposo, juntos han fundado un centro de rehabilitación para personas con problemas mentales. Este impase ha sido muy difícil de superar, creo que ha sido una gran prueba para nuestro matrimonio y nuestro amor.
Flynn, que además es el socio de mi esposo, juntos han fundado un centro de rehabilitación para personas con problemas mentales. Este impase ha sido muy difícil de superar, creo que ha sido una gran prueba para nuestro matrimonio y nuestro amor.
Desde
jovencita supe que tener hijos no iba a ser fácil para mí, desde que tenía 14
años estuve tomando píldoras anticonceptivas para ayudarme a regular mis
periodos menstruales, a causa de mis ovarios poli-quísticos. Hemos pasado por
unas cuantas series de inseminaciones artificiales, las cuales han sido
infructuosas. Incluso hemos llegado a pensar en la opción de un vientre de
alquiler. Aun así, no ha sido una situación fácil de sobrellevar.
Esta noche
van a venir todos a cenar a casa. Hace algún tiempo no estamos todos juntos, no
he estado de humor, y más si estoy rodeada de niños, no es fácil tener que
convivir con ellos cuando lo que más deseas es tener uno que sea tuyo y del
hombre que amas. Adoro a mis sobrinos, sobre todo a Ava, ella y yo tenemos una
conexión muy especial, de alguna forma esa niña se parece mucho a mí, siempre
que nos vemos no se despega de mi lado, simplemente le gusta estar conmigo,
algunas veces quiere que la traigan a casa solo para acostarse un rato con
nosotros, lo bueno es que no viven muy lejos de nuestra casa, ellos viven en Mercer Island. Algunas veces me sorprende con cosas como
‘Tía vamos a maquillarnos’ o ‘píntame las uñas’, o me busca para que a
escondidas de sus padres le dé un pedacito de chocolate o una galleta. Siempre
procuro tener ambos en casa, porque sé que en algún momento mi Ava va a llegar
a pedírmelos.
Ethan llega
temprano del trabajo, hoy particularmente no trae muy buena cara, se ve muy
cansado. Se nota que ha sido un día pesado en la oficina. Desde que comenzó a
trabajar en el proyecto del centro de rehabilitación Ethan cada vez ha ido
asumiendo más funciones, más responsabilidades y más compromisos. Pero también
más satisfacciones y más reconocimiento, no por ser hijo de quien es, él ha
trabajado con mucho ahínco para labrarse su propio nombre.
“Hola
corazón, pareces cansado.”
“Hola
Princesa, lo estoy. Hoy tuve la agenda llena, y aunque no es un trabajo físico
es agotador, pero estoy tan contento. Me gusta mucho lo que hago, es lo que
siempre quise hacer.”
“¿Quieres
un masaje en la espalda?”
“Lo que
realmente quisiera es que nos metiéramos en el jacuzzi juntos y no salir de ahí
en un buen rato, pero si mal no recuerdo hoy viene la tropa loca a cenar.”
“En
efecto,” Le digo casi resignada. A mí también me gusta la idea de ponernos en
remojo un rato. “La cena ya está lista en el calienta platos y la mesa puesta,
solo faltan que lleguen todos.”
“¿Van a
venir los niños también?” Pregunta mientras masajea sus sienes con las puntas
de sus dedos.
“No, según
Kate hoy es noche de adultos, cualquier cosa que eso signifique.”
Busca algo
en el bolsillo interior de su chaqueta y me lo pasa cubriéndolo con su mano.
“Vi esto y me acorde de ti.”
Y descubro
entre sus manos una tableta de chocolate ‘godiva’, ¿porque algo tan simple me
hace sentir como la mujer más especial de todo el mundo?
“Oh Ethan,
siempre tan detallista.” Y me acerco a él rodeando su cuello con mis brazos,
entonces le doy un sonoro beso en la boca, lo que lo hace sonreír.
“Solo es un
chocolate Princesa.” Oh Ethan.
“Es mucho
más que eso.” Y nos besamos de nuevo, esta vez un beso más largo y profundo.
“Por mucho
que me gustaría besarte toda la noche Princesa, tu familia llegará pronto y
quiero darme una ducha antes de que lleguen. Necesito relajarme un rato.”
Diciendo esto sale de la cocina con dirección a la escalera.
Salgo a
paso apresurado detrás de él, tengo mis propias ideas. Mmm.
“Te acompaño,
tengo algunas ideas para aliviar ese estrés.”
“Princesa,
eres incorregible.” Y así, tomados de la mano subimos la escalera hacia nuestro
baño.
~~~
Ethan
Muchas
cosas han resultado exactamente como las tenía planeadas, otras sin duda han
superado mis expectativas. Otras por el contrario no han dejado de ser quimeras
lastimando mi alma.
Mia es una
mujer vibrante, única. Pero ahora se ha convertido en un pálido reflejo de lo
que era. Ya no es esa chica alegre que siempre tenía una sonrisa en los labios,
ahora se enoja fácilmente, está irritable, llorosa. Hay días que ni siquiera
duerme, y ni hablar de la comida, ella siempre ha sido delgada, pero ahora
quisiera que subiera unos cuantos kilos, la veo como consumiéndose frente a mis
ojos y eso me mata de angustia. Y lo peor es que se cuál es el motivo que la
tiene así y es algo que lamentablemente aunque quiero, no he podido darle.
Hijos.
Es muy
frustrante para mí como psicólogo ver a mi esposa en ese estado y no poder
ayudarle, incluso hemos estado yendo como pareja, y también en solitario a
sesiones con John Flynn, que por cierto se ha convertido en mi socio en la
aventura de un centro de rehabilitación para personas con problemas que enfoca
su recuperación en nuevas opciones terapéuticas, no tanto en medicamentos y
formulas. He intentado de todo con ella y nada parece funcionar, me la he
llevado de vacaciones, tenemos una casa preciosa, intento ser el esposo que
ella se merece, siempre la estoy cuidando y consintiendo, y aun así nada de eso
es suficiente.
Tener hijos
se ha convertido en una verdadera obsesión para ella y siento que se me está
escapando como agua entre los dedos, ya no sé qué más debo hacer para ayudarla.
Carrick me
ha dicho que está pasando por una etapa muy parecida a lo que vivió Grace
cuando se enteró que no podían tener hijos, aquí la diferencia es que los
médicos nos han dicho que si se puede, pero lamentablemente no lo hemos
conseguido a pesar de varios intentos con la inseminación artificial. Pero Mia
no quiere dar el siguiente paso y que pensemos en otras opciones como un
vientre de alquiler o en la adopción, porque está empeñada en que tiene que ser
ella quien lleve a nuestro hijo en su vientre, y ¿ante eso que puedo hacer?
¿Cómo ayudas a una persona que no quiere que la ayuden?
Si yo amara
a Mia un poco menos de lo que lo hago hace tiempo habría pensado en tirar la
toalla, pero esa no es la opción que quiero tomar, la amo demasiado para vivir
sin ella, pero Dios, odio verla así.
Hay días
que quiero salir corriendo y no mirar atrás, días en que quiero mandar todo a
la mismísima mierda y no volver a pisar Seattle nunca, pero en medio de mi
desesperación jamás he renegado del día en que conocí a mi dulce niña. Mia es
mi Princesa, siempre lo ha sido y siempre lo será, no hay nadie por encima de
ella en mi corazón, nadie puede quitarle su lugar, nadie puede llenar el
espacio que ella llena y hacerme sentir de la forma en que ella lo hace. Nadie puede
compararse a Mia Grey.
He estado
hablando largo y tendido con los padres y los hermanos de Mia, y ellos
entienden mi situación y son solidarios con nosotros, además que valoran el
hecho de que en ningún momento he querido tirar la toalla. Christian incluso ha
propuesto enviar a Mia al lugar del mundo que ella quiera con tal de que vuelva
relajada y lista para seguir con su vida, pero no, ella se niega porque dice
que tiene que seguir con sus inyecciones de hormonas para estimular la
ovulación o tiene alguna cita médica pendiente. Vaya, creo que hasta hemos
visitado todos los chamanes que hay en el país, he tomado medicamentos
alopáticos, homeopáticos, tés, brebajes y hasta mejunjes, todo pensando en
hacerla feliz y nada.
Lo único
que pido, lo que más quiero es que Mia sea feliz, recorrería el país de
rodillas sin pensarlo si eso la hiciera feliz. Así que he tomado la decisión de
llevar esto a otro nivel, le he pedido a la familia de mi esposa que esta noche
se reúnan con nosotros en casa con la excusa de una cena familiar y haremos una
intervención. Espero que esto de resultado porque si no estoy seguro que voy a
terminar volviéndome loco de desesperación, espero que Mia lo tome a bien,
porque conociéndola es capaz de dejarnos hablando solos en la sala, tomar el
coche y salir pitando a solo Dios sabe dónde, es aterrador, tengo miedo de que
se enoje, pero más miedo tengo de que se gaste como una vela que se consume
lentamente.
Paso mis
días ayudando a la gente a resolver sus problemas y lo irónico es que no logro
solucionar los que tengo en casa, y tengo que aguantar todo esto, seguir inmune
ante el dolor y levantar la cabeza por mí y por mi esposa y seguir este camino
que elegimos seguir juntos. Es la única opción que tengo, seguir adelante.
Renunciar no es una opción, solo espero que este intento desesperado funcione,
si no, no tengo idea cual será mi siguiente paso.
Ahora, no
todos los aspectos de nuestro matrimonio son malos. Mia es una excelente
compañera y una mejor amante. El sexo entre nosotros siempre ha sido bueno, y
hoy no ha sido la excepción, ella se hizo cargo mientras nos duchábamos y fue
grandioso, sentirla envolviéndome mientras me aprieta y grita mi nombre es la
mejor sensación que hay en el mundo, amo a esa mujer con todo incluso con sus
sombras, amo todo lo que ella tiene para ofrecer, porque cuando ella decide
entregarse entera puedo darle mi mundo completo, cuando ella me da todo de si
le entrego eso y más. Porque Mia aun en su tristeza no hace nada a medias, ella
se juega el todo por el todo, esa es la manera Grey de hacer las cosas.
Mia también
es una excelente empresaria, ha hecho funcionar un negocio de mucho éxito y
pronto incursionará en el difícil mercado de la comida congelada, vendiendo sus
recetas en esa presentación, haciéndolas accesibles a todo el público, no solo
a los privilegiados que asisten a los eventos en que la contratan.
A las siete
y media en punto comienzan a llegar nuestros invitados, como siempre Christian
y Ana son los primeros en llegar, seguidos de mis suegros. Por último y como
siempre corriendo, arriban mi hermana y su esposo Elliot.
Nos
sentamos todos en la mesa para disfrutar del excelente platillo de mar y tierra
que nuestra ama de llaves ha preparado bajo las estrictas instrucciones de mi
esposa, no hace falta decir que está realmente exquisito, todos se han comido
hasta las migajas. Después del postre pasamos a la sala y buscamos la manera de
empezar con esto que no es agradable.
~~~
Mia
Hemos
tomado una maravillosa cena, la verdad es que nuestra ama de llaves es
estupenda en la cocina, sabe lo que se hace, y es capaz de hacer que una
exquisita receta sea totalmente inolvidable. Han estado todos más que
encantados con la cena y el postre.
Ahora nos
sentamos todos en la sala, hacía tanto que no estábamos todos reunidos, así,
relajados, sin los niños, porque aunque todos adoran a sus hijos hay que
admitir que los cuatro tienen una cara de alivio … Ojalá pudiera sentir yo ese alivio, significaría que tengo unos
retoños…
Durante la
cena la charla ha sido normal, un poco de todo, los niños, los negocios… Nada
especial. Ana y Christian siguen tan enamorados como siempre, solo hay que
mirar sus caras, son capaces de perderse en sus propias miradas. Christian
parece más relajado y calmado con Ana, supongo que con el trabajo que dan sus
dos hijos, atender a Empresas Grey, los viajes no tiene mucho tiempo más,
aunque creo que la verdadera razón es que Ana ha conseguido domesticarlo y
hacerle entender que para ella no existe ni existirá nada más. Además, con Hyde
fuera de circulación las cosas andan más calmadas y ella también ha accedido ha
llevar guardaespaldas permanentemente, lo que supongo que también es un alivio
para Christian.
Kate y
Elliot parecen en su propio mundo. Como siempre, parece que la devoción que
sienten el uno por el otro no pueda jamás desaparecer. Beben el aire que
respira el uno del otro. Y sus dos hijos son el reflejo de ese amor, cariñosos,
atentos, con lazos familiares férreos. Comparten muchas horas con Ana y
Christian, porque los niños se llevan muy bien y quieren estar juntos todo el
tiempo. Y Kate y Christian parecen haber mejorado su relación, Kate parece que
ya no piensa que tiene que proteger a Ana de mi hermano, y por su lado
Christian ya no ve a mi cuñada como su enemiga.
Y de pronto
presto atención a la conversación y salgo de mi ensoñación. De qué demonios están hablando? Qué han
dicho de mi y de otras vías? Por que me parece que esto es una encerrona.
“Perdonad, ¿pero
estáis hablando de mi?” Pregunto sin más… para qué dar rodeos.
“Si,
Princesa, o mejor dicho, estamos hablando de nosotros y nuestra situación,” me
contesta Ethan con esa tímida sonrisa que sólo él sabe poner para aplacarme.
“Pues
rebobinad la conversación y empecemos de nuevo… creo que si es algo que me
afecta tendré algo que decir al respecto, ¿no creéis?” Intento parecer
tranquila, pero no lo consigo del todo, creo saber de qué va todo esto y no me
gusta.
“Mia, todos
saben como están las cosas con el tema de los niños, saben todo lo que hemos
estado pasando y como está la situación. Nuestras sesiones con Flynn nos han
ido bien, pero sabes tan bien como yo que nada de eso realmente funciona. Tus
hermanos, tus padres, y yo, estamos muy preocupados. Has cambiado Mia, no eres
la misma, aunque te adoro y eres mi vida, no eres la chica de la que me
enamoré, no...” y no puede seguir hablando, veo como le embarga una emoción
fuerte que cierra por completo su garganta.
“Oh, Ethan!
¿Qué pasa?” Me levanto, pero interviene Christian.
“Mia, Ethan
y nosotros, queremos que veas lo que nosotros vemos en ti. Aunque sigues siendo
mi hermana favorita, la niña de la familia y el amor de Ethan, nuestra Mia, esa
picara, divertida, espontánea, ha desaparecido… Poco a poco se ha ido
consumiendo, junto con tu cuerpo. No nos entiendas mal, sigues siendo nuestra
favorita, pero te falta esa chispa, ese fuego que te hacía única y diferente…”
En ese punto le interrumpo a qué viene
todo esto. Qué está pasando aquí!!
“¿Queréis
explicarme qué pasa aquí?” intento contener mi furia, que no es más que miedo,
miedo porque en el fondo sé a dónde quieren ir a parar
“Mia,” esta
vez habla Elliot, “hermana. Sabemos que desde siempre has querido ser madre,
Christian y yo te hemos visto cuidar de tus muñecos desde muy pequeña, así que
somos conscientes del deseo de ser madre que tienes. Pero la vida a veces no
transcurre como uno quiere… Nos pone trabas para probar nuestros límites.” PARA, para!!
“Me estáis
asustando con tantos rodeos,” mi voz ya no es dulce, creo que a todos les ha
quedado claro cuales son mis sentimientos actuales
“Mia, lo
que queremos decirte es que has cambiado mucho por no poder ser madre, no solo físicamente,
sino psicológicamente, y esos cambios nos preocupan. No sabemos donde van a ir
a parar,” Interviene Ana muy calmada, como es habitual en ella. “Ethan está,
más que el resto, preocupado, piensa que te estás consumiendo poco a poco, tu
aspecto físico no es el que era, pero tu has perdido la chispa”
“¿Y qué
esperáis? Sabéis que siempre he querido tener hijos, vosotros habéis tenido dos
cada uno, y yo sigo igual. No me digáis que debería estar contenta con un
matrimonio amoroso, ni con nuestros éxitos comerciales y de negocios. Eso me
llena, pero no es mi vida. Por favor, no intentéis lo que llevamos años
hablando, lo que Flynn ha intentado durante meses. Lo que Ethan y yo llevamos
hablando años. Así son las cosas. No quiero seguir y seguir hablando de lo
mismo por más tiempo,” intento atajar la situación.
“No Mia,
escucha, no vamos a seguir intentando convencerte de algo que sabemos que es
imposible que aceptes. Queremos hablar de la situación tal cual es y que entre
todos encontremos una solución. No puedes seguir así. No soporto, no
soportamos, ver como te apagas. No puedo vivir sin ti, no puedo…” y las
lágrimas asoman a sus ojos
No soporto
verlo así, pero no sé a qué se refieren, no sé a qué viene todo esto. Sigo
siendo yo, más mayor, eso si, con más preocupaciones, con cargas de negocios,
pero soy yo.
“No
entiendo. No Ethan, por favor, no te pongas así. No sé a qué viene todo esto.
No entiendo. Sigo siendo yo. Tu Princesa.”
“Mia,” esta
vez es Kate quien empieza. “Sabes que yo no me ando con rodeos, así que voy a
ir al grano. Mia, no puedes seguir así, estás desmejorada físicamente, te
faltan algunos kilitos, ya no luces la figura de infarto que solías, tienes
ojeras perpetuas, no te cuidas tanto, a no ser que tengas una reunión
importante. Te has dejado en pocas palabras” Dios mío, ¿qué es esto? Pero ahí no se detiene. “Eso es
preocupante, pero lo es más que ya no seas esa persona alegre, con una sonrisa
perpetua en los labios, siempre dispuesta, siempre la primera en emprender una
nueva aventura, la animadora de la familia, la que nos hace reír, que nos llena
de energía… En resumen, que estés dejando de ser tú y estés entrando en alguna
espiral de autocompasión que irremediablemente te lleve a una depresión.”
“¡Parad el
carro! ¡No entiendo! Sigo siendo yo, por el amor de Dios. Ethan, apóyame en
esto,” mi voz es casi un susurro, un ruego…
“No, Mia,
esta vez no podemos pararlo. Hemos estado todos hablando, con tus padres
también, hasta con Flynn, y no estás bien, y todos sabemos el por qué, lo que
no entendemos es que te castigues de esa manera.” Continúa Ethan.
Me estoy
empezando a asustar. ¿Me han reunido como un ultimátum? ¿Qué quieren decirme? ¿Ethan
quiere dejarme? No, Dios, eso no, no lo soportaría.
“Princesa,
te adoro, te amo, venero cada segundo que paso a tu lado y bendigo el día que
nos conocimos. Le doy gracias cada día a Dios porque Ana conociera a Christian
y así yo te encontrara. Jamás me he planteado ni me plantearé dejarte,
abandonarte, tirar la toalla,” parece que Ethan ha leído mis pensamientos.
“Pero Mia, necesito que vuelvas, y así no podemos seguir. No acabo de entender
porque te aferras a la idea de que solo llevando a un niño en tu vientre será
madre, porque tú sabes que no es así. No por parir te conviertes en madre. Más
que tu y tu familia no hay nadie que pueda entenderlo, ¿verdad?”
“¿A dónde
queréis ir a parar? ¡Ya está bien! Me estáis acorralando. Sabéis lo duro que es
este tema para mí,” mi voz cada vez es más chillona.
“Mia,
queremos que entiendas que si realmente quieres ser madre, tener hijos, cuidar
de ellos, consentirlos, educarlos, sentirlos… debería plantearte de una vez por
todas el buscar un vientre de alquiler. No planteamos otras alternativas que no
sean con vuestra genética, porque sabemos que te negarías de pleno,” empieza
Christian en su estilo dejémonos de
tonterías. “Mia, te mueres por ser madre, y el que nosotros tengamos
nuestros hijos te está matando. Has dejado la alegría atrás, y ya no la
recuperarás. Elliot, tú y yo fuimos adoptados. Cada uno de nosotros por una
circunstancia diferente, pero quienes nos han criado no eran nuestros padres
biológicos, no fue quien nos dio a luz quien nos crió, y sin embargo creo que
el cariño que nos dieron no puede ser menos que si fuéramos naturalmente suyos.
Tú lo sabes, no es la primera vez que hablamos de esto. ¿Por qué entonces te
niegas a darle esa oportunidad a otro niño? ¿Por qué ni siquiera te planteas un
vientre de alquiler? De verdad Mia no lo entiendo. Y si soy sincero estoy muy
preocupado por tu salud mental y por la de Ethan, no hay día que no le vea
mirarte con pavor en sus ojos.”
“Christian,
tu no lo entiendes, no todo es blanco o negro,” intento defenderme. Pero lo que
ha dicho de Ethan me sorprende y me asusta. No me había planteado que las cosas
estuvieran así, creo que me he encerrado tanto en mi mundo que no he sido capaz
de ver más allá de mi problema. Pero empiezo a abrir los ojos… no solo es MI
problema… aquí somos dos… quiero decir algo, pero las palabras se niegan a
salir de mi garganta.
“¿Qué es lo
que no entiendo? ¿Qué es lo que es tan difícil de entender Mia? Explícanoslo
por favor,” ahí sale la vena controladora y dominante de Christian
“Bueno… yo…
es que…” cómo explicarles que precisamente es por eso, por mis amorosos padres,
por mi procedencia, por mi pasado, por lo que significa, el por qué no quiero
que ningún hijo mío pase por eso, el por qué esa necesidad imperiosa de ser
madre, de llevar a mi bebé en el vientre, el pasar por todo el proceso… ¿cómo
explicarles eso si ni yo misma lo entiendo?
“Mia, solo
queremos que te des cuenta de la situación real, de que esto te está afectando
a todos los niveles, y que no solo es cosa tuya, todos estamos en esto, a todos
nos afecta. A cada uno de una manera, pero todos lo estamos sufriendo y no
queremos ver cómo te autodestruyes,” Ana resume lo que todos están pensando.
“Yo… no sé…
siempre he pensado que si tenía hijos debía pasar por el parto, por los nueve
meses de embarazo, con todas sus consecuencias, y criar a esos hijos. No sé,
quizás como demostración de que las cosas no pueden ser como fueron para
nosotros, de que la vida es más que esos pozos de donde salimos. Que yo podía
darle carpetazo a un pasado que siempre me ha torturado…” ¿Dios, cómo hemos
llegado a esto? ¿Qué estoy diciendo? ¡Estoy siendo vulnerable!
“Mia,
tranquila, estamos en familia, sabes que estamos contigo, y que Christian y yo
también hemos pasado por esto,” Elliot me anima a seguir.
“Yo… yo…
yo… Me sentiría como traicionada… no sé como explicarlo. No sé por dónde
empezar. Pero veo lo qué está pasando, estoy empezando a comprender lo que
vosotros veis, ¡y también me asusta!” no puedo decir más.
“Aquí
estamos, somos tu familia, para apoyarte siempre, para alumbrarte, para estar a
tu lado, para intentar que veas las cosas,” Christian me mira con su ojos
grises nublados. Creo que una emoción intensa está recorriendo su cuerpo, pero
sigue resultándole difícil expresarlos en voz alta, por lo que esa mirada es
más de lo que podría pensar.
“Bien Mia,
haremos una cosa si quieres… por el momento dejaremos esta sesión en este
punto, podemos seguir todos juntos hablando de cosas más banales, podemos abrir
esa botella de Pinord que tanto te gusta e incluso jugar a algo entretenido
como un Trivial o más atrevido como un Wii-Sports,” me ofrece Ethan
conciliadoramente. Es su manera de relajar el ambiente y darme espacio y tiempo
para que razone lo que ha pasado. Sé que luego hablaremos él y yo de esto y que
no podré escaparme, pero por el momento me parece bien, quiero disfrutar de mis
hermanos.
“¡Me parece
muy buena idea! Voy por las copas, los demás preparar la mesa, Ethan abre el
vino, cuando vuelva quiero que hayáis decidido a qué vamos a jugar” Y salgo
decidida hacia la cocina. La verdad es que por primera vez en meses me siento
diferente, creo que algo está cambiando, creo que las cosas mejorarán…
~~~
Cuando ya
todos se han ido, ya hemos recogido, nos hemos cambiado y no tumbamos en la
cama, empieza el momento de hablar. Pero aun no puedo, aun no, necesito un
tiempo para ordenar mis ideas
“Ethan, sé
que tenemos que hablar, lo sé, pero aun no puedo, necesito tiempo, espacio, aclararme…
necesito…” ¿qué necesito?
“Lo sé
Princesa, lo sé… necesitas tiempo y espacio. Creo que ha llegado el momento de
que aceptes ese viaje que Christian hace meses te ofrece. Sola, a dónde
quieras, para pensar, para relajarte, para ver dónde te encuentras, no crees,”
y eso resume su amor por mi, así es Ethan, siempre pensando en mi…
“Si, Ethan,
creo que tienes razón. Por la mañana hablaré con él. Creo que no necesito irme
muy lejos, algún Spa o Refugio cerca de Seattle. Solo unos días…” intento ser cautelosa,
no quiero que sienta que le abandone.
“Mia, lo
que haga falta,” y no puedo resistirme, me tiro a sus brazos y planto el beso
más intenso que creo que jamás nos hemos dado en sus labios, creo que ese beso
encierra todos los sentimientos, todas las emociones, todas las dudas… todo lo
que ha estado encerrado tanto tiempo y que parece que por fin verá la luz.
Y a partir
de aquí la cordura nos abandona, dejamos de ser nosotros, somos una maraña de
besos, brazos, abrazos, piernas y ropa que cae. Quiero darme entera a él, más
de lo que nunca he hecho, más de lo que se pueda imaginar.
Con cada
uno de nuestros besos arrancamos la pasión contenida durante meses, no hemos
dejado de ser una pareja fogosa, pero cada vez ha sido más distante, y ahora
estamos recuperando el tiempo perdido. Recorro su cuerpo con las yemas de mis
dedos, luego con mis besos y mi lengua, hasta que me centro en su punto de
placer, donde me entretengo, quiero que sienta lo que yo estoy sintiendo,
quiero darle las gracias por luchar por mi, por no abandonarme, quiero que
sienta lo que quiero transmitirle, y creo que lo estoy consiguiendo porque de
pronto me detiene y me mira con ojos de deseo, deseo que compartimos, y entra
en mi, con una fuerza, con desesperación, queriendo fundirse en mi. Ambos
llegamos al clímax juntos. Es como una descarga, como llegar a la cima del
Everest después de haber luchado contra los elementos, como liberarse de unas
cadenas. Juntos rompemos ese maleficio que pendía sobre nosotros. Y caemos
extasiados sobre las sábanas. Abrazados. Incapaces de separarnos. Y nos
dormimos en un sueño relajado, por fin, en un sueño reparador.
~~~
Mi hermano
me regaló una estancia en el mejor spa cerca de Seattle que pueda existir. Una
mansión, porque no tiene otro nombre, totalmente equipada para el relax y la
meditación. He pasado 4 días increíblemente relajados allí. He podido meditar,
pensar, y profundizar. Y ahora por fin vuelvo en brazos de mi amado
“Bienvenida
Princesa,” me susurra Ethan mientras me abraza.
“Ethan! Me
moría por verte,” unas lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas.
“Vamos
princesa, no llores, sabes que no soporto verte llorar… Vamos a casa.”
Al llegar a
casa lo encuentro todo como siempre, pero tan distinto a la vez. Ethan quiere
que me relaje, que deje la maleta y me tome una copa de vino a su lado mirando
el paisaje hasta que tenga ganas de hablar, pero esos no son mis planes. Me
muero por contarle.
“¡Ethan! ¡Déjate
de calma, paz y relax! ¿De dónde te piensas qué vengo?” exclamo excitada.
“¡Princesa!
¿Eres tú? ¡No puedo creerlo!” Veo su cara de sorpresa. Creo que hasta yo estoy
sorprendida, aunque era previsible
“Escucha y
calla… dame esa copa de vino, sentémonos en el porche. Tenemos mucho de que
hablar” y sin más me dirijo a hacia las tumbonas y espero que mi amado esposo
cumpla con lo prometido.
Y así lo
hacemos… me tumbo y espero a que Ethan me traiga el vino mientras admiro las
vistas. Creo que por fin empiezo a estar en paz conmigo misma, pero estoy
nerviosa, necesito hablar con él… necesito contarle… necesito que el me de su
aprobación…
“Ethan,
estos días me han ayudado mucho, bueno, a ser sinceros, debo agradecerte la
encerrona con mis hermanos, creo que ese momento fue el que me empezó a abrir
los ojos,… estos días simplemente me han permitido madurar la idea, ser capaz
de centrarme y darle forma a mis pensamientos… aunque queda mucho camino por
recorrer, creo que por fin estoy en el buen camino, pero te necesito a mi lado.
Necesito saber que estamos bien tu y yo, que las cosas no cambian entre
nosotros, que siempre estarás conmigo, que me apoyarás…” no puedo seguir…
“¡Mia! ¿Cómo
puedes pensar que no sería así? No sabes que te adoro, ¡que eres mi vida! Y lo
que estoy viendo es que mi princesa está volviendo… ¡y eso no sabes cuánto me anima!
Pero vamos, explícame, no me dejes más con la intriga,” veo en los ojos de
Ethan una emoción que creo no veía hace mucho tiempo, ilusión.
“Bien… creo
que teníais razón. Creo que me he encerrado en mi propio mundo y he hecho de
este problema mi propio y único problema dejándote fuera. He sido egoísta
porque no he querido escuchar lo que tenias que decir. Pero sobretodo he sido egoísta
porque le he estado negando a un niño la posibilidad de existir solo por mi cabezonería.
Ahora me doy cuenta de que solo podía pensar que no podía ser fer feliz si no daba
a luz, que ese hijo no sería mío ni me querría si no pasaba por todo un
embarazo, porque mi madre me abandonó, porque no me quería, porque era
demasiado joven para poder tenerme. Pero ahora lo veo claro, no entiendo por
que me ha costado tanto, no importa de donde venga mi hijo… siempre será MI
HIJO,” intento explicarme de una manera precipitada… espero que me esté
entendiendo.
“¿De verdad
estás diciéndome eso? ¿De verdad has cambiado de idea?” Ethan no puede casi
contener su alegría, aunque hace verdaderos esfuerzos…
“Si Ethan,
te estoy diciendo que quiero ser madre, y que por fin he entendido que SER
madre no es parir… por lo que si tu estás de acuerdo podemos empezar a buscar
un vientre de alquiler.” Ya está, ya lo he dicho. ¡Ahhh! Qué alivio… ahora a esperar su reacción
Pero no
dice nada, se queda por unos instantes totalmente quieto... hasta que de pronto
salta se su tumbona para caer encima mío y atraparme con su cuerpo. Besándome, besándome
sin parar… poco a poco empezamos a desnudarnos y nos dejamos llevar por la
pasión!
Cuando todo
termina nos damos realmente cuenta de que estamos en el jardín, ¡en nuestro
porche! Esperemos que nadie nos haya visto…
~~~
Han pasado
casi diez meses… y nuestro sueño está a punto de hacerse realidad… en cuanto
tomamos la decisión no tardamos en ponernos en marcha, como siempre mi
omnipresente y eficiente hermano Christian nos puso en contacto con la mejor
agencia del país. Y en menos de lo que esperábamos encontramos a la madre
ideal. Como ya estábamos con nuestro tratamiento de fertilidad y teníamos óvulo
y espera reservado, las cosas fueron increíblemente rápidas, y tuvimos la
suerte de que las cosas funcionaran a la primera.
Le hemos
dado a la madre los mejores cuidados posibles. Y como casualmente vive en
Seattle hemos podido seguir el embarazo más allá de las revisiones. E incluso
ha estado viviendo por temporadas en nuestra casa.
Y aquí
estamos… a una semana de convertirnos en padres. Todo está más que preparado,
la familia está avisada y estamos todos nerviosos y con ganas.
Ethan y yo
hemos vuelto a ser los que éramos. Realmente ha sido un alivio para mí el
llegar a esta decisión. Y Flynn ha sido de gran ayuda. Ha estado a nuestro
lado, y sobretodo al mío, durante todo el proceso. Hemos profundizado mucho en
mis demonios, en lo que me llevó a encerrarme tanto, en mi nacimiento, y mi
adopción, y creo que por fin estoy en paz, por fin he hecho las paces con mi
madre y he podido avanzar.
Me siento
bien. Vuelvo a reírme como nunca, a ser vital, a divertirme, a tener ganas de
improvisar.
Mi negocio
de los congelados está funcionando muy bien. Y el centro de rehabilitación de
Ethan y Flynn va viento en popa…
Nuestra
familia sigue siendo tan amorosa como siempre, todos a una… y mis hermanos está
felices de que por fin me haya liberado de mi pesada piedra.
No nos
falta nada…
Vivo en un
sueño…
~~~
¡Y por fin
ha llegado el día! No puedo creérmelo.
Vamos
corriendo al Hospital donde ingresan a Cyntia para que de a luz. Quiere tener
un parto natural con epidural, y el ginecólogo dice que no hay ningún problema…
aunque no puede prometer nada con este tipo de partos…
Nos
permiten entrar al paritorio… el milagro de la vida a punto de llevarse a cabo.
No puedo aguantarme de tanta emoción, y de pronto allí están… Primero llega
Paul, gordote, sano, con un buen llanto, y le sigue Neil, algo más menudito,
pero creo que gana a su hermano, ¡en pulmones!
¡Ya está! ¡Ya
está hecho! POR FIN SOMOS UNA FAMILIA. No
puedo evitarlo, salto de la felicidad.
No sé cómo
me encuentro en brazos de Ethan, sollozando sin parar, cada uno sosteniendo a
uno de nuestros hijos, ¡madre mía! Nuestros hijos, en brazos.
Cyntia se
encuentra perfectamente cuando nos despedimos de ella en el hospital.
Es el
momento de llevarnos a nuestros retoños a casa… a su hogar… todas las
revisiones están pasadas, todo está perfecto.
En casa nos
espera toda la familia. Mis hermanos con sus esposas e hijos, mis padres que
están encantados de ser abuelos, los padres de Ethan que no pueden casi ni
contener las lágrimas. Qué gran recepción.
Acostamos a
los niños en sus camitas, por el momento compartirán habitación, nos ha
parecido lo mejor para ellos, y para nosotros. Y nos dirigimos al porche a
reunirnos con toda la familia.
Cuando por
fin nos sentamos, nos calmamos y la conversación empieza a ser más normal.
Llega el momento de brindar. Así que doy unos ligeros toquecitos al cristal,
levanto mi compa y con voz contenida digo:
“Familia,
gracias por estar aquí hoy, sois parte importante de que este día haya llegado,
gracias por vuestro apoyo, por vuestra comprensión, por animarme, por intentar
que reaccionara y por vuestra ayuda. Creo que este momento es posible gracias a
todos. Paul y Neil están tranquilamente durmiendo en su nuevo hogar, no saben
el amor que les espera, no saben lo afortunados que son, pero no puede ser
menos, porque yo también he sido muy afortunada. Algo por lo que también debo
estar agradecida. Y qué decir del maravilloso esposo que tengo… Si es que no
puedo desear más en esta vida… no puedo desear nada más… excepto deciros… que…
vayáis preparándoos, porque en unos meses tendremos a otro bebé rondando por
esta casa,” ya está, ya lo he soltado… me ha costado tanto no decirlo antes.
Desde que me hice la prueba ayer por la noche antes de salir del hospital he
estado tentada en decírselo a Ethan, en gritarlo a los cuatro vientos, pero
quería que fuera especial, quería tenerlos a todos reunidos para decirlo. Y no
me he equivocado, ¡qué momento!
El silencio
de pronto es casi tangible, nunca en mi vida había podido escuchar mi propio
corazón… estoy conteniendo la respiración, mirando cada una de las caras que
hay a mi alrededor. Hasta los niños han dejado de correr y gritar, saben que
algo está pasando…
Ethan se ha
quedado con la copa levantada, blanco como el papel, incapaz de moverse, y de
pronto veo dos gotitas relucientes descender por sus mejillas… recuperar el
color y de pronto se levanta como empujado y me abraza sin poder articular
palabra.
Poco a poco
todos son conscientes de lo que acabo de decir, y los abrazos, besos, sonrisas
y brindis se suceden sin parar. Y así va pasando la tarde y poco a poco todos
se van yendo no sin antes volvernos a felicitar.
Cuando por
fin nos quedamos solos, lo primero que hacemos es ir a ver una vez más a Paul y
Neil que duermen como angelitos, solo se han despertado para sus respectivos
biberones y un cambio de pañal indispensable… El resto de la tarde han estado
descansando.
Desde la
puerta nos abrazamos y los contemplamos y ambos empezamos a llorar de felicidad.
Poco a poco
Ethan me lleva hasta nuestra cama donde me abraza y nos felicita. Me dice lo
increíblemente feliz que se siente. Lo afortunados que somos. Lo increíble que
esto va a ser.
“Amor, por
fin todos mis sueños se han vuelto realidad. Flynn dice que cuando por fin
conseguí relajarme del todo, cuando ya los gemelos estaban a punto de llegar,
cuando por fin hice las paces conmigo misma fue el momento para que la vida por
fin arraigara en mi interior,” le susurro.
“Princesa,
no sabes lo contento que estoy, sobretodo por ti, porque por fin ves tu sueño
hecho realidad, porque nuestra familia va a aumentar en poco tiempo, porque he
recuperado a la mujer de la que me enamoré,” y no puede seguir hablando. Me
rodea con sus brazos y me atrae hacia él. Nuestras bocas se funde en una y a
partir de eso momento nuestros cuerpos se confunden. Somos uno.
~~~
Pasan los
años, y nuestra gran familia sigue unida. Mis tres hijos son una piña. Paul y
Neil parecen comunicarse sin hablarse, pero son súper protectores con Liah, es
su pequeño tesoro... y no sé por qué, me recuerda tanto a mí, a mis hermanos…
Creo que no
podría ser más feliz. Jamás podría imaginarme ser más feliz
Y mientras
veo a mis tres hijos corriendo por el jardín a recibir a todos sus primos, recostada
en mi tumbona preferida, creo que no hay nada que pueda desear, no hay nada en
este mundo que me falte.
Y definitivamente hay familia Grey para rato…
No soy dueño de ninguno de los
personajes de la trilogía de "Cincuenta Sombras". Pertenecen a
E L James. Estoy simplemente tomando prestados los personajes para
entretenimiento y no por beneficio económico.
La adaptación de esta historia pertenece a Sirocco 968 y está protegida
por derechos de autor. Está prohibida su venta, copia o reproducción sin
consentimiento del autor.
Con agradecimiento a GP 968 por su ayuda y apoyo para escribir este blog.
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Registrado en SafeCreative.org
Mi agradecimiento a GE Griffin por guiarme y permitir inspirarme en su maravilloso trabajo. http://christiangreyspanish.blogspot.com/
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